Leyendas

Leyendas de la Armada

 El contacto de Johansson con el capitán Porter ocurrió cuando el jefe de la escuadrilla ordenó calafatear los bergantines ‘Bravo’, ‘Hermon’, y ‘Victoria’, así como la fragata ‘Libertad, para tenerlos en condición de combate. Se trabajaba apresuradamente convirtiendo en buque de guerra a ‘La Esmeralda’, un mercante capturado por aquella flotilla. La experiencia en el calafateo, su disciplina marinera y la buena puntería que Johansson había demostrado con los holandeses, y durante su estancia en San Bartolomé, fueron la carta de presentación ante el teniente David Henry Porter, comandante de ‘La Esmeralda’, y sobrino del capitán David Porter; desde entonces, el corpulento sueco formó parte de la tripulación, ganándose la confianza del joven teniente, a quien llegó a servir como guardaespaldas.


Leyendas de la Armada

El nuevo grumete, Johan Johansson, quedó sorprendido cuando el capitán del ‘Geertruyd’, con resplandeciente sable en la cintura, luciendo una casaca azul con puños rojos, charreteras y galones dorados, camisa de cuello alto, guantes, pantalón y medias blancas, ascendió por la pasarela del buque, siendo recibido con guardia de honor y una salva de 13 cañonazos. Johan trabajaría con la crema y nata del comercio marítimo. Al correr el tiempo, Johansson realizó varias travesías ultramarinas hasta Java, aprendiendo no sólo las rudezas de la vida a bordo y el arte de la navegación, sino también las estrategias para enfrentar y evadir a los buques piratas, ya que los navíos holandeses al retornar del Lejano Oriente, traían sus bodegas repletas de marfi l, especias, sedas, y hasta opio, siendo una presa muy codiciada de los corsarios.