Tonaltepetl


Antes, padres sin estudio criaban hijos respetuosos. Hoy padres con títulos crían hijos sin modales algo se perdió en el camino.

Existen momentos, épocas imborrables, sin lugar a dudas, la infancia es uno de esos bellos momentos. Las mamás y papás con los que más convivíamos eran los de Víctor Jacobo, Miguel Ángel, Eduardo, Ramón, Paquito y Álvaro. Éramos vecinos de la misma manzana, en consecuencia, ellas y ellos estaban al pendiente de nosotros. Indudablemente, cualquiera podía llamarnos la atención, sin que ninguno de los otros padres se molestara. Éramos una gran familia, hoy las circunstancias son   distintas, algunos padres temen a sus hijos, les piden permiso para darles de comer, etc.

Don Miguel y doña María atendían el restaurante Santa Rosa, él tenía una camioneta guayín azul, igual a la que usaba el gobernador Pablo Silva García, solo que de otro color. En ella nos llevaba a pasear, al igual que Don Víctor, solo que él en una international. Por ese entonces, muchas familias teníamos a los abuelos o a uno de los dos, integrados al núcleo. Gente sabia, plenos de experiencia y de amor, viejitos, les decíamos. Ahora ocupamos su lugar sin sentirnos así, es una época distinta. Un hombre o una mujer de cincuenta, era “ruco”, hoy apenas se empieza a vivir. (Ja,ja,ja,ja,) los papás de Lalo tenían una zapatería, los de Ramón una tienda de ropa, la mamá de Álvaro era costurera y su papá carpintero, el papá de Víctor era periodista y su mamá ama de casa, los de Paquito tenían una ferretería.

Vivíamos muy bien, felices, libres, completos, hasta que llegaron los años, y los mayores se fueron despidiendo. Mi abuela, los papás de Lalo, los de Víctor, los de Álvaro, los míos, los de Paquito, el papá de Ramón, el papá de Miguel y  hace unos días su mamá. María de Jesús Salvio Martínez. La penúltima de una dinastía integrada por quienes menciono, y reitero, formábamos una gran familia.  Las casas de cada uno, eran extensiones de las de los otros, es decir, convivíamos en una o en otra como si fuera nuestra, además de un  jardín inmenso, en ese ayer, que era escenario de nuestros juegos. Hoy solo queda la mamá de Ramón y quiera Dios que le dure muchos años. Anécdotas, aventuras, instantes en el camino de la vida, que se fueron para no regresar jamás.

Hoy contamos no los años vividos, sino los que probablemente nos falten por vivir, medimos la vida desde una perspectiva distinta, sobre todo con gratitud, verdadera gratitud. No somos los mismos, faltan muchos a nuestro lado, de aquellos que amamos y nos amaron. Ni el dinero, ni las posesiones y menos los puestos, son duraderos. Nada es para siempre, hay que vivir agradecidos, contentos, en paz y sobre todo sirviendo y hacerlo con amor. Desde estas líneas mando un gran abrazo a mis amigos-hermanos que menciono, especialmente a Miguel Ángel, Columba, Rosa, Toño y Fernando, Zapién Salvio, por la ausencia física de María de Jesús. Les deseo una pronta resignación ante tan dolorosa pérdida.

ABUELITAS:

Dos noticias que me agradan, los banqueros no podrán ya, deducir impuestos de sus pagos al Ipab, antes fobaproa. Lo anterior habrá de repercutir con un beneficio de 19 mil millones de pesos, en bien de la población.

La otra noticia es que, con la llegada de la nueva administración a la  suprema corte de justicia de la nación, se corregirán los sueldos ostentosos que tenían los salientes y ninguno de los nuevos ganará más que la presidenta. Buenas  noticias para México y los mexicanos, además, se habrán de revisar las pensiones de los que se fueron a fin de hacer los ajustes necesarios.

LAHARES:

Acudir a una cita médica, de manera natural implica cierto nerviosismo, mayormente cuando no es una simple gripe. Issste, seguro social, regional universitario y algunos espacios particulares, han sido señalados de manera reiterativa, por el maltrato, despótico, diría yo, que brindan algunos médicos y enfermeras. Hace días, una persona acudió con el cardiólogo del issste, matutino, y derivado de una imposición que sugería el especialista al paciente, y al no aceptar el segundo, el galeno se puso de malas, a sabiendas de no tener la razón, y ya sabrá usted. Al final, el paciente pregunta por los resultados de sus estudios y el medico responde, “si, dicen que estás mal y que en cualquier momento te vas a morir”. Para que le platico más amable leyente. Es cuánto.