Para conmemorar el Día Internacional de la Danza, recordemos a tres bailarinas y coreógrafas que contribuyeron de manera indirecta al desarrollo dancístico en Colima en la segunda mitad del siglo pasado: Amalia Hernández, Ana Mérida y Guillermina Bravo.
Los invito a viajar a través del tiempo y situarnos en el siglo XX, una vez pasada la revolución mexicana, la cual dejó al país devastado, dividido y con un alto índice de analfabetismo. Como parte del proyecto de reconstrucción, José Vasconcelos (1982-1995), como primer titular de la SEP, propuso que las paredes de los edificios públicos fueran intervenidas por pintores de la época, para exaltar la lucha revolucionaria y crear una identidad nacional. Así surgió en la década de los años veinte el muralismo, encabezado principalmente por Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. La música también se unió a este espíritunacionalista, con las obras creadas por Silvestre Revueltas, Carlos Chávez y Manuel M. Ponce, por mencionar algunos.
La danza se unió más tarde, a finales de los años treinta, con la llegada de dos coreógrafas estadounidenses, invitadas por el INBAL a colaborar en México, marcando así el inicio de la danza moderna en México. Anna Sokolow pasa temporadas en nuestro país, y Waldeen von Falkenstein, quien decidió quedarse a radicar en él. Ambas formaron sus propios grupos dancísticos con bailarines formados en la primera escuela de danza, creada en 1932
Anna creó el grupo La Paloma Azul, en el que participaron: Ana Mérida, Martha Bracho, Carmen Gutiérrez, Alicia Ceballos, Ramón Rivera, entre otros. Waldeen formó el Ballet de Bellas Artes, integrado por: Ana Mérida, Guillermina Bravo, Evelia Beristaín, los hermanos José y Ricardo Silva, y Amalia Hernández, entre otros
A este periodo se le denominó Época de oro de la danza moderna, en el que participaron importantes músicos y pintores mexicanos de nuestro país, como: Silvestre Revueltas, Blas Galindo, José Pablo Moncayo, Luis Sandi, Diego Rivera, Carlos Mérida, Rufino Tamayo, José Clemente Orozco, entre otros
Amalia Hernández (1917-2000)
Con formación en danza clásica y moderna, siempre tuvo interés en el folclore mexicano. En 1952 fundó el Ballet Folklórico de México, en el que plasmó su propio estilo, y se presenta de manera regular en el Palacio de Bellas Artes desde 1960
Este ballet se presentó en Colima en abril de 1966, invitado por la Universidad de Colima, en el periodo del rector Ángel Reyes Navarro (1965-1968), quien dio un impulso sin precedentes al arte y la cultura, incluyendo la gestión de múltiples eventos artísticos de todos los géneros. Como muestra la presentación del Ballet Folklórico de Yugoslavia, Frula, el 4 de julio de 1965, tres días después de su toma de protesta.
El anuncio del ballet de Amalia Hernández creó una gran expectativa y, ante el enorme interés del público colimense, en vez de cuatro funciones, ofrecieron seis en tres días. Motivado por la efusividad del momento, Reyes Navarro se comprometió a crear un ballet folklórico para la institución educativa. Así surgió el primer Ballet Folklórico de la Universidad de Colima, bajo la dirección de Jaime Enrique García Gutiérrez. Este permaneció en actividad unos años más, realizando incluso una gira por Oklahoma; tuvo un formato muy parecido al ballet universitario que hoy conocemos, pero no tiene mayor relación.
Ana Mérida (1922-1991)
Ana inició sus estudios a temprana edad en la escuela de danza, siendo su padre, el pintor guatemalteco naturalizado mexicano Carlos Mérida, el primer director de la institución. La coreógrafa formó parte de varias agrupaciones dancísticas. Junto a Guillermina Bravo, codirigió la escuela de danza y cofundó el Ballet Nacional de México, aunque más adelante cada una siguió caminos diferentes.
En 1987, eligió al Ballet Folklórico de la Universidad de Colima, fundado por Rafael Zamarripa en 1983, para remontar su obra Bonampak, la cual había sido estrenada en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en 1951. Esta nueva producción estuvo a cargo de Televisa, y sería reestrenada en la Reseña Mundial de Cine en Acapulco en septiembre de ese año. Mérida pasó una temporada en Colima trabajando con la agrupación universitaria y recibiendo visitas de altos funcionarios de la televisora, para conocer el desarrollo del montaje y la ejecución de la producción, entre ellos Miguel Alemán Velasco.
El diseño de la escenografía estuvo a cargo del pintor colimense Alejandro Rangel Hidalgo, quien la presentó en unas maquetas pintadas detalladamente; y la ejecución fue del escenógrafo Jonathan Aparicio, actual director del Teatro Universitario.
El ritmo de trabajo y la exigencia de la maestra Mérida dieron un giro a la forma de trabajo de la agrupación artística colimense, dándole mayor visibilidad y la posibilidad de crear y colaborar en producciones mayores.
Guillermina Bravo (1920-2013)
En 1948 fundó y dirigió el Ballet Nacional de México, llegando a ser una de las agrupaciones más sólidas del país, y una de las subsidiadas por el INBAL. Con sede en el centro de la CDMX, en 1991 mudó su compañía a la ciudad de Querétaro, Qro., con el apoyo del mismo INBAL, Conaculta y el gobierno de esa entidad, y fundó ahí el Centro Nacional de Danza Contemporánea, en el que se ofreció otra oferta educativa para la formación de bailarines de manera profesional
Algunos alumnos del Instituto Universitario de Bellas Artes de la Universidad de Colima (IUBA) asistieron a tomar parte de los primeros cursos ofertados, en donde conocieron el rigor de trabajo tanto de la compañía de danza como de la escuela. Dadas las necesidades de crecimiento del IUBA y la experiencia con el centro de danza en Querétaro, se empezó a idear la creación de la licenciatura en Danza Escénica, ampliando así la oferta educativa de la Universidad de Colima y, por consecuencia, impulsando el desarrollo de la danza en el estado.
La licenciatura, que inició en 1997, una década después del remontaje de Bonampak, tiene la peculiaridad de combinar la danza contemporánea con la folclórica, y está enfocada a la creación, además de la preparación física del alumnado. La carrera ha tenido gran aceptación, tanto por parte de los colimenses como de aspirantes de otras partes de la república y del extranjero.
Conforme se fue consolidando la licenciatura en danza escénica, fueron creciendo las necesidades, tanto de la institución, como por parte de los bailarines. Se crearon festivales y grupos de danza. Es así, que en 2001 Rafael Zamarripa crea Univerdanza, grupo universitario que tuvo la finalidad de foguear a los alumnos en la práctica escénica; para 2008, cuando la agrupación Re-Incorporare Danza Contemporánea, dirigida por el bailarín colimense Carlos González, convocó al Encuentro Regional de Danza Contemporánea, ya había siete grupos locales: Univerdanza, Colima Danza Escénica, Compañía de Danza y Arte Escénico, Ángulo Móvil, Pantomimas del yo, y el grupo anfitrión; y tuvieron al grupo Péndulo Cero de Tijuana como invitado.
La licenciatura en danza escénica fue la primera en implementarse; posteriormente se planearon las de música y artes visuales, mismas que actualmente forman parte de la oferta educativa del IUBA.
Colofón
Los tres sucesos ocurridos: el primer ballet folklórico de la institución; la proyección de un ballet colimense en una producción de alto impacto; y la inquietud de implementar una licenciatura en danza, relacionados con las tres artistas mexicanas, fue determinante para el desarrollo de la danza en Colima.
A simple vista parece sencillo, pero si tomamos en cuenta que en el siglo pasado la comunicación no era tan expedita como lo es hoy en día, podremos imaginar lo que implicó el poder tener estos acercamientos. La visión que tuvieron los funcionarios y maestros de la Universidad de Colima, quienes buscaron mejorar y ampliar la oferta educativa y artística, en beneficio de la universidad y del estado. Reconozcamos hoy la labor de todos ellos.
* Marcela Beatriz Flores Ruvalcaba es maestra en Promoción y Desarrollo Cultural, licenciada en Artes Escénicas para la Expresión Artística y bailarina egresada de la Escuela Nacional de Danza Contemporánea del INBAL.
Fue discípula de Ana Mérida y bailarina de las coreógrafas Anna Sokolow y Waldeen, maestra y bailarina del Ballet Folklórico de la Universidad de Colima, y catedrática del IUBA.
Es miembro de la Corresponsalía Colima del Seminario de Cultura Mexicana y del Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (Grecu), y articulista de su portal cultural Paso Libre.